Así será el nuevo cohete pesado de la NASA

Después de meses de discusiones y propuestas, la NASA ha anunciado oficialmente cómo será el cohete pesado que debería enviar a astronautas hacia más allá de la Tierra. El SLS sustituye al cancelado Ares-V del programa Constellation.

Deberá ser capaz de enviar al espacio a la cápsula tripulada Orion MPCV, en dirección a la Luna, los asteroides o más allá. Sin embargo, muchas son aún las incertidumbres que pesan sobre el nuevo programa, que depende de los presupuestos disponibles en una época muy restrictiva. Teniendo en cuenta el tiempo necesario para poner en pie la primera versión del cohete, nadie puede estar seguro de que este último no sea cancelado antes de tiempo por falta de recursos.

La NASA cree que puede realizar la tarea por unos 3.000 millones de dólares al año, más o menos lo que se gastaba hasta hoy en día en la lanzadera espacial, pero algunos expertos piensan que será necesario mucho más. De momento, la agencia ha presentado los rasgos fundamentales del vehículo, que aprovecha parte de la tecnología desarrollada para el Space Shuttle y también para el programa Constellation.

Más en concreto, la primera versión del cohete ya dispondrá de un empuje al despegue superior al famoso Saturno-V, pero con una carga útil inferior, y consistirá en una primera etapa impulsada por tres motores RS-25D, que no son sino motores SSME reutilizables usados en los transbordadores espaciales. Cuando éstos se agoten, se empleará la versión RS-5E, no reutilizable. La primera etapa del cohete, además, estará unida a dos aceleradores laterales de combustible sólido, de nuevo herencia de la lanzadera espacial, aunque con cinco segmentos, un modelo desarrollado para los Ares-I y V. Como etapa superior se empleará una equipada con un motor J-2X, muy similar a la de los Ares. Con esta configuración se podrán enviar 70 toneladas a la órbita.

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(Foto: NASA)

Versiones posteriores aumentarán hasta 5 el número de motores RS-25E en la base, y se deja la puerta abierta al desarrollo de aceleradores sólidos o líquidos más eficientes, todo lo cual permitirá aumentar la carga útil hasta las 130 toneladas.

El primer SLS de prueba podría estar listo para su lanzamiento hacia 2017. Ya en la siguiente década, y con las versiones más potentes, se podrían organizar vuelos tripulados hacia algún asteroide, la órbita geoestacionaria o hacia los puntos de Lagrange. Marte podría ser el escenario de un aterrizaje en los años 30 del presente siglo.


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