Agua en Marte
Para  la astrobiología, la cuestión más importante es saber si Marte alberga agua  líquida. El planeta no posee una atmósfera gruesa (la presión  superficial es inferior al 1% de la que impera al nivel del mar en la  Tierra). Aunque se compone casi en su totalidad de dióxido de carbono,  una capa atmosférica tan fina sólo aporta un efecto invernadero  deplorable, de ahí que en Marte haga mucho frío. Un mediodía de verano en  el ecuador, el suelo se acerca a una temperatura agradable bajo los  rayos del Sol, pero la mayoría del planeta se mantiene por debajo de los  0ºC durante buena parte del año. Y en los casquetes polares se pueden  alcanzar los -140ºC. Estas condiciones de presión y temperatura impiden  que en la superficie de Marte pueda existir agua líquida. El hielo que  se derrite bajo la influencia solar, se convierte directamente en vapor,  sin fluir primero en estado líquido. Por ello, el Sol evaporó hace  mucho tiempo cualquier hielo expuesto al aire cerca del ecuador, y el  único agua que se observa en la superficie está cerca de lo polos.
Pero las perspectivas de un Marte húmedo en el pasado son muy prometedoras.
Redes hidrográficas
Algunas  de las redes de valles visibles en Marte son muy parecidas a las que se  observan en la Tierra. Éstas están provocadas por la acción erosiva de  los ríos.
Desde su descubrimiento a principios de los años 70, en algunas fotografías de la sonda Mariner 9, se ha especulado mucho sobre su origen. No se puede descartar que hace miles de millones de años hubiera ríos, o al menos torrentes estacionales, con capacidad para erosionar el sustrato rocoso y dar lugar a la aparición de redes de canales tributarios que tanto recuerdan a las de la Tierra.
Desde su descubrimiento a principios de los años 70, en algunas fotografías de la sonda Mariner 9, se ha especulado mucho sobre su origen. No se puede descartar que hace miles de millones de años hubiera ríos, o al menos torrentes estacionales, con capacidad para erosionar el sustrato rocoso y dar lugar a la aparición de redes de canales tributarios que tanto recuerdan a las de la Tierra.
Agua subterránea
A pesar de que el agua líquida no es estable en la superficie actual de Marte, se cree que a algunos centenares de metros de profundidad, las condiciones de presión y temperatura pueden permitir la existencia y conservación de lagos y ríos subterráneos.
Bajo determinadas condiciones, podrían aflorar a la superficie formando torrentes de corta duración, incluso en la actualidad. Intentar encontrar estos acuíferos subterráneos es una de las misiones principales de la ESA.
Hielo subterráneo
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| Hielo en un cráter marciano capturado por la HIRISE | 
La existencia  de sedimentos fluidificados alrededor de los cráteres de más de 5  kilómetros de diámetro, sugiere que por debajo de la superficie de Marte  puede haber agua líquida, o bien, hielo que se fundió como consecuencia  del impacto. Además, los estudios de los ambientes sedimentarios de las  latitudes más próximas a los polos, basados en el análisis de imágenes  de alta resolución de la superficie en diferentes épocas del año  marciano, han proporcionado evidencias de la existencia de hielo muy  próximo a la superficie, quizás a tan sólo unos pocos metros.
En la Tierra, este hielo subterráneo se conoce como permafrost y es común en las regiones árticas y frías de nuestro planeta.
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| Permafrost en Marte y en la Tierra | 
Casquetes polares
Como la Tierra, Marte tiene dos casquetes polares, cuyo tamaño varía siguiendo el ciclo estacional.
Los  hielos del polo norte son fundamentalmente de agua, mientras que los  del polo sur parecen estar formados por una mezcla de agua y de dióxido  de carbono. Durante el invierno marciano, ambos polos quedan recubiertos  por una capa de dióxido de carbono congelado, que aumenta mucho su  extensión. En verano, el dióxido de carbono sublima (pasa directamente a  vapor), contribuyendo a aumentar ligeramente la presión atmosférica  global del planeta.
El aumento local es, de hecho, muy importante, ya que es una de las causas de las grandes tormentas de polvo.
Géiseres en el Polo Sur
Durante  1998-1999, el sistema orbital Mars Global Surveyor de la NASA detectó  manchas oscuras en las dunas de la capa de hielo del polo sur, entre las  latitudes 60°- 80°. La peculiaridad de estas manchas, es que el 70% de  ellas recurre anualmente en el mismo lugar del año marciano anterior.  Las manchas de las dunas aparecen al principio de cada primavera y  desaparecen al principio de cada invierno. La NASA ha concluido que las  manchas son producto de erupciones frías de géiseres, los cuales son  alimentados no por energía geotérmica sino por energía solar.  Científicos de la NASA explican que la luz del Sol calienta el interior  del hielo polar y lo sublima a una profundidad máxima de 1 metro,  creando una red de túneles horizontales con gas de dióxido de carbono  (CO2) bajo presión. Eventualmente, el gas escapa por una fisura y  acarrea consigo partículas de arena basáltica a la superficie.
Canales de drenaje
Los  canales de drenaje marcianos tienen unas dimensiones asombrosas. Son  mucho más anchos que cualquier río de la Tierra, con decenas de  kilómetros de anchura, y cientos y hasta miles de kilómetros de largo.  Discurren desde las zonas montañosas hacia el hemisferio norte del  planeta. Al igual que los sistemas de valles, estos canales emergen  sencillamente del suelo. En su nacimiento hay áreas extensas de terreno  caótico, del tamaño aproximado de Suiza, como si la superficie se  hubiera desmoronado sobre sí misma. Muchos de estos canales de  desbordamiento nacen en regiones activas, como los inmensos complejos  volcánicos del domo de Tharsis, y se cree que fueron episodios  geotermales los que liberaron de repente estas crecidas impresionantes.  Puede que gran parte del agua de Marte estuviera almacenada en la  corteza, atrapada en una capa subterránea de permafrost. Esta envoltura  de hielo habría dejado atrapada agua líquida debajo de ella que tal vez  ejerciera una gran presión hasta que una erupción volcánica produjo una  ruptura y liberó un torrente de agua fluida. Una vez en la superficie,  el dióxido de carbono disuelto escaparía al instante debido a la bajada  de presión, lo que provocaría una cascada en chorro parecida a la que se  produce al descorchar una botella de champán.
Otro  mecanismo activador de este chorro de agua, podría haber sido un  impacto sobre la superficie que dejara al descubierto estas enormes  cantidades de líquido.
El pasado húmedo del planeta rojo
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| Credito: Kevin Gill | 
Hay un gran debate  respecto a la historia pasada de Marte. Para unos, Marte albergó en un  pasado grandes cantidades de agua y tuvo un clima cálido, con una  atmósfera mucho más densa, el agua fluyendo por la superficie y  excavando los grandes canales que surcan su superficie.
La orografía de Marte presenta un hemisferio norte que es una gran depresión y donde los partidarios de Marte húmedo sitúan al Oceanus Borealis, un mar cuyo tamaño sería similar al Mar Mediterráneo.
El agua de la atmósfera marciana posee cinco veces más deuterio que en la Tierra. Esta anomalía, también registrada en Venus, se interpreta como que los dos planetas tenían mucha agua en el pasado pero que acabaron perdiéndola.
Los recientes descubrimientos del robot de la NASA Opportunity, avalan la hipótesis de un pasado húmedo.
A finales de 2005 surgió la polémica sobre las interpretaciones dadas a determinadas formaciones de rocas que exigían la presencia de agua, proponiéndose una explicación alternativa que rebajaba la necesidad de agua a cantidades mucho menores y reducía el gran mar o lago ecuatorial a una simple charca donde nunca había existido más de un palmo de agua salada. Algunos científicos han criticado el hecho de que la NASA sólo investiga en una dirección buscando evidencias de un Marte húmedo y descartando las demás hipótesis.
Así pues tendríamos en Marte tres eras. Durante los primeros 1.000 millones de años un Marte calentado por una atmósfera que contenía gases de efecto invernadero suficientes como para que el agua fluyese por la superficie y se formaran arcillas, la era Noeica, que sería el anciano reducto de un Marte húmedo y capaz de albergar vida. La segunda era duró de los 3.800 a los 3.500 millones de años y en ella ocurrió el cambio climático. Y la era más reciente y larga que dura casi toda la historia del planeta y que se extiende de los 3.500 millones de años a la actualidad con un Marte tal como lo conocemos hoy, frío y seco.
En resumen, el paradigma de un Marte húmedo que explicaría los accidentes orográficos del planeta está dejando paso al paradigma de un Marte seco y frío donde el agua ha tenido una importancia mucho más limitada.
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La orografía de Marte presenta un hemisferio norte que es una gran depresión y donde los partidarios de Marte húmedo sitúan al Oceanus Borealis, un mar cuyo tamaño sería similar al Mar Mediterráneo.
El agua de la atmósfera marciana posee cinco veces más deuterio que en la Tierra. Esta anomalía, también registrada en Venus, se interpreta como que los dos planetas tenían mucha agua en el pasado pero que acabaron perdiéndola.
Los recientes descubrimientos del robot de la NASA Opportunity, avalan la hipótesis de un pasado húmedo.
A finales de 2005 surgió la polémica sobre las interpretaciones dadas a determinadas formaciones de rocas que exigían la presencia de agua, proponiéndose una explicación alternativa que rebajaba la necesidad de agua a cantidades mucho menores y reducía el gran mar o lago ecuatorial a una simple charca donde nunca había existido más de un palmo de agua salada. Algunos científicos han criticado el hecho de que la NASA sólo investiga en una dirección buscando evidencias de un Marte húmedo y descartando las demás hipótesis.
Así pues tendríamos en Marte tres eras. Durante los primeros 1.000 millones de años un Marte calentado por una atmósfera que contenía gases de efecto invernadero suficientes como para que el agua fluyese por la superficie y se formaran arcillas, la era Noeica, que sería el anciano reducto de un Marte húmedo y capaz de albergar vida. La segunda era duró de los 3.800 a los 3.500 millones de años y en ella ocurrió el cambio climático. Y la era más reciente y larga que dura casi toda la historia del planeta y que se extiende de los 3.500 millones de años a la actualidad con un Marte tal como lo conocemos hoy, frío y seco.
En resumen, el paradigma de un Marte húmedo que explicaría los accidentes orográficos del planeta está dejando paso al paradigma de un Marte seco y frío donde el agua ha tenido una importancia mucho más limitada.
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